Para  los controvertidos años 60s, la compañía Marvel Comics le da al mundo de los idolatrados Superhéroes y de la mano de Jack Kirby y Stan Lee, un concepto menos idealizado del manejado hasta el momento, con la llegada de los famosos X-Men.

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Hasta el momento personajes como Wonder Woman y Superman, mostraban idealizadas personalidades e incluso el Caballero Oscuro era por aquellos años todo menos oscuro, debido a que eran tiempos de censura y se buscaba que los héroes que leían los niños no fueran tan violentos, los comics de Batman de aquel entonces no envejecieron muy bien aunque sí lo hizo la famosa serie live action de Adam West.

La idea de seres que habitan en nuestro mundo pero con un gen mutante donde comienzan de manera progresiva a adquirir habilidades sobrehumanas, creo una narrativa donde estos Héroes a pesar de sus fuertes intenciones de salvar al mundo, eran rechazados, temidos y odiados, por una sociedad que como sucede todo el tiempo, censura todo lo que es diferente e incomprensible. 

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Desde su llegada al cine a comienzos del 2000, la saga adaptada al séptimo arte de estos personajes, no ha sido del todo fiel a la historia original, algo que finalmente es difícil encontrar en la mayor parte de las adaptaciones cinematográficas basadas en el mundo de los comics, pero conserva como base esta idea de estos seres extraordinarios pero marginales que solo buscan su lugar en el mundo.

No es la idea ahora intentar analizar toda la saga y más cuando su arco argumental termina transformándose más confuso con sus últimas entregas, pero sí de buscar un sentido más profundo a su temática.

La parte relevante de la historia, es que estos seres entran en conflicto no solo ante una sociedad “normal”, si no ante ellos mismos.

Algunos tienen la fortuna de ingresar bajo el liderazgo del profesor Xavier, quien busca ayudarlos a controlar los poderes, refugiarlos en su escuela igualmente guardando ideales de convivencia y tolerancia,  pero otros cargados de profundo resentimiento entran al bando del villano Magneto, quien finalmente no es más que un personaje lleno de profundo rechazo y con un pasado de fuertes abusos. 

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Estos atípicos héroes distaban mucho de un simpático y buen vecino Spiderman con sus problemas de adolescente, también se diferencian de un idealizado e incorruptible hombre de acero con sus ideales de paz y justicia, los X-Men eran personajes con los cuales las personas discriminadas por su raza, nacionalidad, orientación sexual, gustos musicales atípicos o filosofías distintas de vida podrían identificarse fácilmente.

Esta necesidad de muchos de encontrar su lugar en medio de la discriminación social es finalmente lo que hizo que muchos quisieran seguir al Mesías, ya que mientras los religiosos fariseos esperaban un líder político o que apoyara su falsa santidad, El Hijo de Dios se presenta como un líder para aquellos que no encajaban en los moldes establecidos.